Reflexiones 3. Ilustratour 2011. LAS NIÑAS Y NIÑOS DEL TERCER MILENIO

Tod@s los que trabajamos en contacto con niñas y niños nos planteamos en ocasiones preguntas sobre la infancia actual y el devenir de las nuevas generaciones.

Normalmente, nuestro análisis parte de la mirada adulta cargada de experiencias previas. A veces con heridas emocionales, y en muchos casos con formación teórica que debería renovarse. (Pincha en Cuadernos Pedagógicos)

Nos guste más o menos, estamos inmersos en un proceso de cambio a muchos niveles. Todo funciona muy rápido. Las tecnologías mutan a la velocidad de la luz, y mantenerse al día en los avances informáticos es todo un reto para las generaciones adultas que hemos tenido que vivir la transición de lo analógico a lo cibernético.

Sin embargo, las niñas y niños del tercer milenio (pincha en ¿qué es Pedagogía 3000?) ya han nacido inmersos en este nuevo lenguaje. Sus capacidades, a muchos niveles, son diferentes a las nuestras.

Los nuevos paradigmas de la educación miran hacia la sabiduría que las nuevas generaciones traen, para aprender con y de ellos.

Tanto maestros como pedagogos, y, en este caso, ilustradores y escritores para público infantil, hemos de tener en cuenta este punto de vista.

Ya no sirve mirar la infancia desde el adulto e intentar adoctrinar (en realidad nunca sirvió, aunque haya cumplido una función).

Para trabajar con y para niñas y niños es imprescindible que el adulto recupere la conexión con su niño interior.Con toda probabilidad, es el punto más fiable de conexión con entre niños y adultos.

La sabiduría del SER adulto se complementa entonces con la mirada fresca del propio niño.

(Esto va más allá de la inocencia o de quedarse anclado en el mito de Peter Pan).

Se trata de conectar con la mirada pura, no contaminada (el lenguaje del clown) y contemplar la realidad desde otro punto de vista. Esto nos permite (desde nuestra experiencia adulta) abrirnos a lo desconocido, confiar en la vida y recuperar la capacidad de asombro de la que Gustavo Puerta habló en su conferencia.

Cuando escuché a Tony Ross, el clásico de literatura infantil británica, entendí dónde radicaba el éxito de sus libros: cuando miras a Tony puedes encontrar al niño asomándose a su mirada.

Podría decir que es todo niño, pero estaría mintiendo.

Las arrugas de la sabiduría enmarcan sus ojos y sus comentarios. Su humor te contagia y te transmite la serenidad de una vida dedicada al mundo del álbum ilustrado, subrayando en todo momento el disfrute y el amor al trabajo destinado al público infantil.


¿Has probado buscar a tu niñ@ interior en el espejo?

3 comentarios:

  1. Ahí andamos todos buscando el niño interior jajajaja, en vacaciones lo pierdo un poco, pero en el cole todos los días está presente jejejeje, y por cierto que guapísima eras ya de pequeña, si es que estas guapa guapa :D Disfruta de tu viaje ya nos contarás besitos.

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  2. Yo tengo mala memoria, cosa que me ayuda a sorprenderme a cada momento y a disfrutar de las cosa como el primer dia (es broma, pero es verdad).

    Tony Ross me encanto por refrescante y natural al revés de Gustavo Puerta que va de intelectual rompedor. El optimismo es una buena cualidad para trabajar con niñ@s y tu lo transmites ;)

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  3. Hermoso mila y tú también, ya apuntabas maneras desde tu más tierna infancia!

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